Un médico especialista evaluará tu piel, discutirá tus objetivos y determinará el tipo de peeling más adecuado para ti. Es posible que necesites seguir un régimen de preparación en casa, que puede incluir el uso de productos específicos para optimizar los resultados. Durante el tratamiento, se aplicará la solución química en la piel. Puede haber una sensación de ardor o picazón, que es normal y temporal. Dependiendo del tipo de peeling, la piel puede enrojecerse y pelarse en los días siguientes. 

El proceso de pelado o descamación de la piel puede durar entre 7 y 15 días, dependiendo del tipo de peeling realizado y de la profundidad del tratamiento. Los peelings superficiales generan una descamación más ligera, mientras que los peelings profundos pueden producir un pelado más intenso y prolongado.

El nivel de incomodidad depende del tipo de peeling, pero la mayoría de los pacientes experimentan una sensación de picor o ardor leve durante el tratamiento.

Es importante evitar la exposición directa al sol y utilizar un protector solar de amplio espectro (SPF 50+) diariamente. Además, se recomienda mantener la piel hidratada con productos suaves, evitar retirar manualmente la piel que se esté descamando y no usar exfoliantes durante el proceso de curación.

Los riesgos y posibles efectos secundarios del tratamiento con peeling químico pueden incluir enrojecimiento, escozor y sequedad. Estos síntomas suelen desaparecer en unos días. Los riesgos graves son raros cuando el tratamiento es realizado por un profesional cualificado.